Tosco y poco recursivo defensa central que se dio a conocer en Nacional a mediados de la década de 1990. De la misma estirpe de los Galarcios y de los Casquetes, es una verdadera lástima para el género del terror que la vida no los haya juntado así fuera en un solo partido en la misma zaga. Después de Nacional, “Pacho” aterrizó en el Once Caldas club en donde alcanzó un nivel medianamente aceptable. Gracias a la llegada de Javier Álvarez a la selección Colombia de mayores a comienzos 1999 pudo emular a otros ejemplares de su estirpe como Bélmer Aguilar y el mismo Galarcio que –aunque usted no lo crea- también llegaron a ponerse la amarilla. En el Caldas permaneció hasta mediados de 2002 cuando llegó a Bogotá de la mano con el ya homenajeado Alexander Lemus para militar en el Millonarios de Cheché Hernández. De su paso por Bogotá quedaron unas declaraciones suyas que bien resumen lo que fue su breve estadía en la capital: “yo nunca me equivoco a propósito”, afirmó después de una de las varias demostraciones de su talento que debió padecer la parcial embajadora ese semestre.
Viendo que el mercado colombiano no le ofrecía mayores posibilidades, en buena parte gracias a esas declaraciones, Foronda tuvo a bien rebuscarse un rincón del mundo en donde estas célebres palabras no habían tenido eco. Fue así como la liga de Israel, en primera instancia, y la Rusa más adelante disfrutaron de su técnica y habilidad en la zona posterior. No obstante, el mayor hito de su carrera aun estaba por llegar. Fue a comienzos de 2004, época para la que muchos en Colombia ya lo consideraban un exjugador que Francisco apareció en Gimnasia y esgrima de La Plata como refuerzo para esa temporada. Al conocerse la noticia muchos creyeron que se trataba de un error o una inocentada. Si hubieran dicho que Julio “El comandante” Romaña era el nuevo refuerzo de Racing le habrían dado más credibilidad a esa noticia. Con el tiempo, y con la ayuda de algunas imágenes de Foronda entrenando en La Plata que los noticieros emitieron para terminar de convencer a los más incrédulos, se consumó lo que a la luz de los entendidos era una pequeña pero no menos simbólica venganza del fútbol colombiano (se recuerda también el breve paso de Freddy Torres Acosta por tierras gauchas) para con su homólogo argentino por los innumerables pizzeros y taxistas que ha enviado a esta tierra con el falso título de futbolistas.
En Gimnasia, Foronda la hizo olímpica. Jugó muy pocos partidos dedicando el resto de su estadía (seis meses) a labores de índole síndical y a cobrar un jugoso cheque que, se rumora, estaba entre los de más cifras en la nómina. Terminada su estadía y haciendo gala de una sagacidad y de una desfachatez que sólo se le conoce a los nacidos por estos lares, Foronda no sólo no jugó seis meses sino que se fue encolerizado y amenazando a los directivos de Gimnasia con demandarlos.
Registra un breve paso por Jorge Wilsterman de Bolivia y actualmente milita en el Deportivo Italchacao de Venezuela. Nuevamente, un grandazo.
Con información de enunabaldosa..